DISEÑADORES ART NOUVEAU

El diseñador Louis Majorelle (1859-1926)

Louis Majorelle (1859-1926) fue un destacado componente de la Escuela de Nancy, un grupo de arquitectos y diseñadores franceses que promocionaba el Art Nouveau. En sus inicios, Majorelle estudió pintura antes de hacerse cargo del negocio de muebles de su padre, a finales del siglo XIX, donde aplicó todos sus conocimientos sobre esta nueva tendencia artística. Su especialidad eran los muebles sofisticados, como los de los restaurantes parisinos de primera calidad tipo Chez Maxim. Adoptó de inmediato las formas del Art Nouveau inspiradas en la naturaleza. Gran parte de su obra está fabricada en maderas oscuras, como caoba o nogal, con adornos en tapicerías, laterales del mobiliario y en los cajones de las mesas.

Mueble diseñado por Louis Majorelle

Emile Galle, famoso por sus cristales y cerámicas, fue activo fundador de la Escuela, estrechamente relacionada con la zona de Nancy y diseñador de objetos decorativos del nuevo estilo.

Por su parte, Hector Guimard (1867-1942), principal arquitecto francés del Art Nouveau, introdujo en París a Víctor Horta, el arquitecto radical belga. Los monumentos más perdurables de Guimard son las sinuosas entradas del metro de Paris del “fin-de-siécle”. Guimard consideraba la arquitectura y los muebles como un conjunto por lo que diseñó muchos interiores y los muebles de varios edificios, así como los exteriores. Hector Guimard era un gran innovador que trabajaba con distintos materiales como cristal, bronce y madera.

Mueble diseñado por Héctor Guimard
El Art Nouveau tuvo varias denominaciones en diferentes zonas de Europa. En Alemania fue llamado “Jugendstil”, nombre relacionado con la popular revista “Die Jugendstil”. La obra más representativa en este país será la fachada del estudio de fotografía Elvira, de 1989, obra de August Endell, una muestra del modernismo Alemán en la que destaca su rica ornamentación.

En Austria se denominó “Sezessionstil” o “Sezession”, cuyo mejor representante fue el vienés Josef Hoffman (1870-1956), que trabajó activamente en diversos periodos: Art Nouveau, Art Decó y el movimiento moderno. Hoffman, miembro de la Sezession de Viena, fundada en 1897, fue cofundador de la Wiener Werkstatte (talleres de Viena) en 1903.

Silla diseñada por Charles Rennie Mackintosh (1868-1928),
Si damos un repaso a los principales diseñadores europeos de la época es necesario hacer referencia al escocés Charles Rennie Mackintosh (1868-1928), famoso por sus sillas de respaldo alto y por sus muebles geométricos. Utilizó fuertes líneas verticales con rejillas horizontales, así como formas monumentales relacionadas con la señorial tradición escocesa. En sus diseños sencillos y sin decoración se aprecia una influencia japonesa ya en aquella época. Una de sus principales obras, el edificio de la Art School de Glasgow, actuó como otro foco del Art Nouveau en Europa.

En Italia el estilo se llamó “Liberty”, por la tienda de Regent Street que jugó un importante papel en la difusión de los trabajos de los diseñadores emergentes. Carlo Bugatti (1855-1940) fue uno de ellos. En la Exposición de Turín de 1902, Bugatti causó sensación con sus excéntricos muebles. En sus diseños predominan influencias moriscas y del Lejano Oriente, combinando diversos materiales y técnicas para crear un efecto especial; un solo mueble podía presentar la mezcolanza de metales pulidos, sedas, madera tallada y pintura.

Asiento diseñado por Carlo Bugati
Pero estas influencias artísticas llegaron a cruzar el atlántico e hicieron de Chicago el centro del movimiento en Estados Unidos. Su más importante diseñador fue Frank Lloyd Wrigth (1867-1959). Nacido en Estados Unidos tuvo una enorme influencia en el diseño americano, y vivió los principales estilos del movimiento Arts & Crafts. Estaba de acuerdo con el planteamiento holistico del diseño, según el cual los muebles de las múltiples casas que diseñó debían reflejar la forma y el espíritu del espacio que ocupaban.

Silla diseñada por Frank Lloyd Wrigth (1867-1959).
Por último mencionar España y mas concretamente Cataluña, donde el movimiento pasó a llamarse “Modernismo”, con personajes como Lluis Domenech, Eusebi Arnau, Josep Puig y el extraordinario Antonio Gaudí (1852-1926) como figuras más destacadas. Sin duda, este último fue el representante más internacionalmente prestigioso del modernismo catalán por su capacidad de síntesis de la tradición propia y por la originalidad y audacia de sus soluciones técnicas, que integró en una ornamentación brillante, insólita y creativa. Nacido en Reus, se graduó en 1878 en Barcelona, ciudad donde centró su actividad artística en un momento de eclosión de su personalidad: en plena Renaixença cultural y política, en un momento de prosperidad económica y de expansión urbanística.

Espectacular asiento diseñado por el pintor-decorador catalan Ibarz.

En su formación influyeron las teorías de Viollet-Duc y de Ruskin, así como el pensamiento de la generación modernista formado alrededor de la exposición universal de 1888. Formuló una estética propia que hace perfectamente identificable su estilo y a la vez muy difícil su clasificación en una corriente concreta.

Son datos biográficos destacables su relación con la familia Güell, que le confiaron un buen número de obras y le dieron prestigio en la Barcelona de la época, entre ellas el Parc Güell, la casa Milà y la casa Batlló junto con gran parte de su mobiliario. Su vinculación y religiosidad hizo de la Sagrada Familia su obsesión y exclusiva dedicación. Su capacidad como interiorista le llevó a diseñar, en estrecha colaboración con artesanos de la época, todos los elementos que forman el espacio arquitectónico – hierro forjado, mobiliario, vidrieras, mosaico e incluso la cerámica.