jueves, 21 de mayo de 2009

Art Deco

Art Déco es un conjunto de diversos manifestaciones artísticas que convergieron entre las décadas de los años veinte y treinta en Europa y Estados Unidos, principalmente, así como en otros países, exaltando el gusto por la decoración, a través de diseños, en muchas ocasiones exóticos, que subliman lo geométrico, lo cúbico y lo aerodinámico, en contraposición de la delicadeza curvilínea y serpenteante de Art Nouveau y sus diferentes acepciones. Hablar del término o estilo Art Déco como tal es explicar un conjunto de diferentes manifestaciones estéticas que se dieron cita en la ya citada Exposition Internationale de Arts Décoratifs et Industriels Modernes de 1925 y que fueron conmemoradas en la retrospectiva titulada "Les Annés 25" llevada a cabo en París en el Musée des Arts Décoratifs del 3 de marzo al 16 de mayo de 1966. Además, dichas manifestaciones constituyeron una época de la decoración que inundó todos los ámbitos de la vida cotidiana, desde una lámpara hasta un edificio completo y que alternó con los movimientos de vanguardia. Esa época son los años de entreguerras, los veinte y los treinta, los "años Locos", la "Belle Epoque" que quedaron insertos en la historia del siglo XX y de la decoración como los años del Art Déco.

de Sergei de Diaghilev (1872-1929) que llenan los teatros Parísinos a partir de 1909, primero el Mientras que el Art Nouveau se investía con sus sinuosas y serpentinas líneas, en la primera década del siglo XX se empezará a trabajar en el diseño de muebles, aparatos domésticos, transportes y medios de comunicación masiva, como serán los cines y más tarde la radio, utilizando líneas rectas, formas geométricas y compactas. así, el ya mencionado Palais Stoclet de Hoffmann, proyectado en 1905 y terminado en 1911, inauguraría una estilización geométrica en la arquitectura, como más tarde también serían los Ballets RussesChatelet y más tarde la misma Opéra, con sus inauditas y coloreadas coreografías trabajadas bajo los diseños geométricos y exóticos de León Bakst (1866-1924).

Así pues, si los primeros catorce años del siglo XX europeo transitaron del Art Nouveau hacia nuevas formas de concebir los diseños, lo cual se vio interrumpido por la I Guerra Mundial, una vez terminada la beligerancia entre las naciones, algunas vanguardias y movimientos artísticos, los talleres artesanales y casas de diseño, las industrias y los productos emanados de ellas, buscarán invadir todos los ámbitos de la vida cotidiana, desde un cubierto de mesa, hasta la edificación de un inmueble.

Caros y extraños, nuevos materiales serían utilizados en los productos que salen de los "ateliers" para cumplir con los deseos de una élite caprichosa: el cromo, metal de color argentino y cristalino, la baquelita, resina sintética y moldeable, y el plástico que por su nobleza matérica podía aplicarse de múltiples maneras. También estaban las exóticas maderas y otros elementos naturales traídos de tierras lejanas que se utilizaban en los muebles y en la confección de atuendos de vestimenta: la madera de amboina traÌda de las Islas Molucas y que recibió dicho nombre por provenir de la capital Ambon o el ébano del estrecho de Macasar en Indonesia; la piel áspera del pez zapa, la concha de tortuga conocida como carey, la piel de serpiente o de tiburón. Todo esto reflejaba las excentricidades a las cuales se acostumbraba esa clase acomodada que a través de objetos lujosos de decoración mostraban su estatus social.

Sin embargo, una sector social más amplio de la población desea consumir también esos nuevos objetos de diseños exclusivos; esa es la razón por la cual la industria produce gran cantidad de productos, copiados o inspirados en los originales que se vendÌan en los selectos almacenes y finas boutiques.


Época de consumo que provoca que los grandes almacenes comerciales sean decorados atractivamente para atraer la atención de los consumidores. Todo esto se esparce y se da a conocer a través de la publicidad, en donde el cartel toma gran importancia.

Y toda esa nueva gama de productos y diseños se verán contagiados p
or lo geométrico, lo cual se proponía y trabajaba en algunos movimientos artísticos de vanguardia o estaba en relación con las máquinas de la industria. Pero lo geométrico también será tomado por la colección de piezas africanas que tanto Braque como Picasso usaran en el Cubismo, o también de lo egipcio, pues en 1922 Howard Carter exhuma la tumba de Tutankamen y cobra fuerza la maldición de los faraones por la repentina muerte del descubridor y los motivos decorativos del antiguo Egipto se ponen de moda; además, las ruinas teotihuacanas, mayas y objetos de la cultura mexica se vuelven a revalorar sobre todo después del extravío del coronel Fawcett en 1925 en las tierras peruanas de Machu-Pichu y posteriormente la expedición al mando de Peter Fleming en su búsqueda: las culturas prehispánicas sudamericanas y mesoamericanas cobran importancia, así como también los indios Pueblo de los Estados Unidos, inundando los ambientes de la decoración e inclusive de la moda: zigzags, soles radiantes, cactus hiératicos, figuras de perfil, mujeres cleopatrizadas, templos escalonados, atuendos indígenas mesoamericanos e incas, se ritualizan junto con los zigurats mesopotámicos y bailarinas indúes o balinesas que se rescatan del olvido occidental en un intento de voltear hacia culturas exóticas y encantadamente fantásticas.

La era de la máquina y de un mundo industrial provoca la producción a gran escala que da por consecuencia los intercambios comerciales mundiales y los negocios internacionales qu
e se desplazan a la velocidad del ferrocarril o en la comodidad y lujo de los monumentales trasatlánticos. O bien, los recorridos en automóviles descapotados y en aeroplanos que desafían las alturas y más aún después de que el Atlántico fue atravesado sin escalas en 1927 por Charles Lindbergh (1902-1974), consagran el triunfo de la aplastante motorización. Surge la visión "poética" de la máquina, del mundo moderno, mecanizado donde el mito del robot algún día tomará el mando de la civilización.

Los "años Locos" y la "Belle Epoque" europeos se hermanan con los año
s del Fox-Trot, del Charleston, de la música negra del Jazz, de la crisis del 29, del "New Deale" de los Estados Unidos. Paraninfos de bailes, salas de espectáculos, iluminados con líneas de luz geométricas, ritman con las grandes bandas y orquestas de nuevas cadencias, rápidas, sincopadas e improvisadas que desgarran las enraizadas piezas de vals y hacen vibrar los cuerpos en inéditos bailoteos.

Y mientras Fritz Lang (1890-1976) exhibe un mundo mecanizado y robotizado en Metropolis, 1926, un año más tarde Alan Crossland en The Jazz Singer hace cantar al cine cuando Al Jolson, quien se maquilla como un negro, entona una pieza de jazz.

Tiempos de los veinte y treinta, donde el hombre, el "dandy" de bigote recortado, pelo engomado, vestido con esmoquin, que merodea en clubes y coctailes, frivoliza con cierta naturalidad y pose ante las mujeres de boca menuda, peinadas a la "garzón", con sombreros encasquetados, que usan corsés y hombrera
s, engalanadas con telas ligeras, de vestidos cortos que muestran las piernas, alcanzando así una expresión de mujer dinámica y flexible, que al igual que el hombre fuma y bebe en la nova vida social.

Todos esto se incorporará con las emisiones del diseño, el arte, la artesanía y la industria europea de la época de entreguerras y es lo que se conocerá más tarde como Art Déco.

Art Déco es un conjunto de diversos manifestaciones artísticas que convergieron entre las décadas de los años veinte y treinta en Europa y Estados Unidos, principalmente, así como en otros países, exaltando el gusto por la decoración, a través de diseños, en muchas ocasiones exóticos, que subliman lo geométrico, lo cúbico y lo aerodinámico, en contraposición de la delicadeza curvilínea y serpenteante de Art Nouveau y sus diferentes acepciones.









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